En algún momento de este semestre estrellé mi cara contra el suelo. No sé ni en qué momento, no sé cuándo. Mi única certeza es que al abrir los ojos, estaba embarrada en el asfalto, "del suelo no pasas", es cierto. Del suelo no paso, no puedo levantarme. Es triste, yo no soy una persona cuyas emociones la controlen, es la primera vez en mi vida que siento una depresión tan fuerte. Hay días en las que no quiero levantarme o comer. En los que todo lo que intento, por Dios que lo intento, no da los resultados esperados. Hay noches en las que lloro profundamente hacia mis adentros porque temo despertar con mis sollozos a la "familia" que duerme cálidamente en el otro extremo de la casa. No soy depresiva. No soy feliz. Necesito pequeños cambios sin que interrumpan mi cómoda rutina. .... Por más que hago cosas, nada interrumpe este absurdo sentimiento. Vivo en negación constante, "esta no soy yo"... Me digo... Quizá siempre lo he sido, quizá la tristeza...