Siempre he envidiado (y temido) a dos tipos de personas: a aquellas que desde niños saben lo que quieren y luchan por ello y a las que se tatúan. Esta aversión se debe a la determinación que las caracteriza. Hace dos días, un morro me preguntó, "¿para qué escribes, Xo?" , a lo que le respondí, cursimente, pues tenía en la cabeza un fragmento de las cartas de Rilke, "por necesidad". Se cagó de la risa (literal) y comenzó a atacarme con "yo no creo en vivir para escribir, yo escribo para vivir, pues he ganado dinero con tales obras (insertar presunción y diálogos mamones)...", el típico bato cagapal0, el "yo-yo", el genio de la Roma, protegido de una vaca sagrada del arte, adinerado y para acabarla de chingar, güerito. Otro morro salió en mi defensa, "ella es una escritora de clóset" . ¡Ovarios! ahora resulta que además de ser una imbécil, cursi, morena y pobre ¡estoy en el clóset de la escritura! ¿Eso existe? Pff, me sentí fatal, com...
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