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Crónica de un naufragio

Hace un mes y ventitantos días estaba en una relación. Me sentía invencible, fuerte par sobrellevar los últimos meses de este año. Los astrsos se alinearon y conspiraron a mi favor o en contra, eso no lo tengo resuelto hasta que pase más tiempo, por lo que la relación de años terminó en una caótica lucha discursiva de ofensas.

Agarré mi fortaleza y me propuse llevarlo lo mejor posible. ¡Error! Me topé contra pared. En mi vida, lo juro, había llorado tanto. Mi ansiedad, comezón y mis alteradas ganas de comer ganaron la batalla. Dejé por la paz la tesis, genial, tengo que meterle mil y una correcciones. Empecé a deprimirme. Todos los chismosos de mis allegados me dijeron que me veían muy triste, al parecer soy un payaso bastante gracioso para ellos. ¿Qué tan difícil de entender es mi depresión disfrazada de sacrosanto sarcasmo?

Fue el mes más duro de mi vida. Yo me burlaba de esas personas, yo me reía de la tristeza. Todavía lo sigo haciendo, creo que la depresión es la enfermedad de las clases medias (dios me oiga) que no tienen otra cosa a que llorarle sino es al mal corte que le hicieron a su poodle o al amor que se fue sin dejar rastro. Me uní a la moda, como nunca, ni en mis 16 años pensé en unirme en cuerpo y alma a un truene.

Las cosas se han ido suavizando, independientemente de que no tengo un empleo fijo ni beca ni cuerpazo ni "patrocinador", ando bien... (bien de la mierda). He intentado hacer ejercicio para silenciar el dolor que me aqueja. Si me preguntan: "¿oye, te has puesto más buena?", mi respuesta es "no". Físicamente de nada me ha servido, de manera anímica, he continuado con la conformidad que me caracteriza sin caer en problemas más profundos.

Ya no se me acelera el corazón al oír su nombre. Ya no lo espío, ya no sacrifico animales en su nombre (eso nunca pasó, pero para alguien aburrido como yo, es necesario ficcionalizar la verdad de alguna forma)... Se ha ido apagando la luz que me emocionaba. Una parte de mí se fue con él. Vaya forma de amar. siempre fui consciente de las broncas que me traería querer a alguien, pero cuando se tiene 19 años y la única relación sincera fue con un oso de peluche, nunca se mira a futuro. No lo hice. No lo hago. No lo haré (vi algo a futuro, he alcanzado mi punto de contradicción, ¡bien por ti, gilipollas!). (Hablo por mí, no le pregunten a él, por favor) Me arriesgué, di todo. No tengo equilibrio, me di cuenta que nunca he sido equilibrada, por eso las decisiones desesperadas.

¿Es autosabotaje esta reflexión? Seguramente. Quería escribir, plasmar lo que tenía en mente. ¿Sirvió? No lo sé.

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No he escrito nada porque no tengo de qué hablar, últimamente sólo me quejo. La vida de adulta no es lo que yo había imaginado, sinceramente siempre había pensado que llegaría a ser exitosa, creí con inocencia lo que los demás opinaban de mí, mal hecho. El ego herido habla desde su rechazo, nada duele más que saberte ajena al mundo que te habían prometido. ¿A dónde iré? Hoy observé el cielo y la supuesta tormenta que se avecinaba sólo hizo que me recogiera en mis aposentos a esperar que rompiera la lluvia. Y si eso hago con la vida? Veo un signo poco favorable y huyo. **** ***** ******* P E N S A M I E N T O S    El amor y la ansiedad son pésimos complementos, agua y aceite, noche en un día cálido.  No hay nada que reconforte mi alma como el café. ¿Por qué es tan difícil ser feliz? Tengo el corazón empanizado con el polvo de mis supuestos fracasos. Navegar aunque no haya mares que surcar.  Estrepitosos gritos de ayuda, ecos mudos de dolor. Nunca ser escritora, nunca ...