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Noche

He pasado noches enteras en suplicio constante. No sé qué me ha arrebatado cualquier intento de descanso. El sueño fue empeñado para comprar almohadas repletas de hartazgos. La noche se hizo para los poetas y para los ociosos, yo no soy poeta ni soy tan ociosa, así que la noche y yo somos enemigas naturales.

Es en ella donde supuestamente debería en plataforma nebulosa construir un futuro cercano, aferrarme a un imposible tangible, disfrutá del sexo opuesto al mismo tiempo en el que devoro una tostada de tinga....  O para analizar y replantear el mutismo de aquella ocasión, el dolor después de un adiós, el casi olvidado candor de un ser querido o la insalubre inconsistencia del amor.... nada.

No me aplasta nada. No me inunda nada. No puedo dormir y ya.

La noche, dama cruel de luto engalanada se ha negado a proporcionar a su mortal esclava un suspiro de escape. La noche se niega a salir de fiesta.

Y tú tan lejano, premio inalcanzable del sabio, recurso de consolación del suicida.... Me observas burlón, descanso.

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