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¿A quién engaño?

He bloqueado de la memoria las pequeñeces con las que se consolidan las grandes historias autoinventadas que rompen con la delicada tela de la monotonía en la que se envuelve la supremacía del no cambiar nada.

¿A quién engañaré si la ficción de un mundo perfecto se ha ido por el escusado y sólo me queda la tristeza? La cruel, pero verdadera tristeza de saberte solo, sin comparsa, caminando por el "valle de lágrimas". Porque del engaño y del llenar el vacío nace el amor. Un arbitrio pasajero, la estocada al corazón.

El subterfugio perfecto para la pendejez propiamente humana. ¿A quién engañaré si he pasado noches en vela intentando disimular que con abrazos profanos me basta para continuar? ¿A quién engañaré si la piel nació para ser tocada y mis brazos para ser llenados por cuerpos candorosos y las hojas en blanco, oh, las perras en blanco, nacieron para ser mancilladas con escarnio poético por el bien que nunca ha de ser venidero?

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No he escrito nada porque no tengo de qué hablar, últimamente sólo me quejo. La vida de adulta no es lo que yo había imaginado, sinceramente siempre había pensado que llegaría a ser exitosa, creí con inocencia lo que los demás opinaban de mí, mal hecho. El ego herido habla desde su rechazo, nada duele más que saberte ajena al mundo que te habían prometido. ¿A dónde iré? Hoy observé el cielo y la supuesta tormenta que se avecinaba sólo hizo que me recogiera en mis aposentos a esperar que rompiera la lluvia. Y si eso hago con la vida? Veo un signo poco favorable y huyo. **** ***** ******* P E N S A M I E N T O S    El amor y la ansiedad son pésimos complementos, agua y aceite, noche en un día cálido.  No hay nada que reconforte mi alma como el café. ¿Por qué es tan difícil ser feliz? Tengo el corazón empanizado con el polvo de mis supuestos fracasos. Navegar aunque no haya mares que surcar.  Estrepitosos gritos de ayuda, ecos mudos de dolor. Nunca ser escritora, nunca ...

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